Título: La Sangre de los Elfos.
Colección: La Saga de Geralt de Rivia, volumen III.
Autor: Andrzej Sapkowski.
Editorial: Alamut.
Tercera entrega de lo que ya considero, una muy buena saga de fantasía épica, debiendo cambiar mi opinión al respecto ante el primer volumen, pues el autor mejora más las espectativas que se crean con la historia, pues tras los relatos cortos de los anteriores volúmenes, en esta entrega empieza una historia cuyo transfondo se ha ido gestando con las dos anteriores entregas.
Una vez más, la sombra de la guerra planea sobre el mundo donde trasncurre esta historia, una guerra entre una gran nación y un conglomerado de reinos dispersos y no muy bien avenidos. A su vez, una guerra de guerrilas estalla en los bosques, pues los elfos andan a la greña con los humanos, y como no, las tácticas relámpago y emboscadas son la herramienta de agresión de la antigua raza. Pero como no, hay una profecía, de un ser que traerá el fin de los tiempos, una princesa que se oculta pues el destino y la política la quieren ver, o bien en el trono, o bien muerta para que no ocupe su cargo de reina. Y como no, los personajes luchan para proteger aquello en lo que creen, evitando o no, alinearse en el conflicto global, pero que sin querer, fomentan con sus acciones y toman partido, directa o indirectamente, en el devenir de los asuntos.
Geralt, Yennefer, Ciri, Jasper y nuevos protagonistas se unen a un entramado de intrigas, politiqueos, espionage, protección y pura y simple violencia. La historia cobra más fuerza, pues a pesar de las historia y vivencias personales, se nota como los acontecimientos globales afectan el entorno de los personajes, dandole una gran profundidad y complejidad a la trama.
Ciri se entrena para bruja/hechicera bajo la tutela de los Brujos y hechiceros, pues se descubre su verdarero potencial y la Promesa para algunos de ellos, pero como no, los niños son resabiados, y no acatan las órdenes como debieran hacerlo. Jaskier se vuelve más oscuro, con unas intenciones nada diáfanas, pues como no, los trobadores siempre han sido algo más que cuentacuentos... Yennefer consigue reharcirse un poco de sus sentimiento de culpa por no poder ser madre, pero si protectora y maestra. Y Geralt anda hecho un lío, entre el deber y su código moral, sobre sus sentimientos y obligaciones, sobre lo que quiere y debe hacer en un mundo que se desmorona.
Perseguidos por soldados, espías, asesinos, elfos enfurismados, con una guerra en ciernes, con el descubrimiento del verdadero potencial de la Promesa y lo que el Destino puede deparar, cada uno adopta sus roles. Magnífica trama, buenísimos personajes y muy elaborado mundo el que acomete el autor, prometiendo más para las siguientes entregas.
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